KIT DE HIPERINMUNIZACION DE CONEJOS FRENTE A RHD Y USO DEL MISMO (RABBIT HAEMORRHAGIC DISEASE).

La presente invención se refiere a un kit de hiperinmunización de conejos frente al virus de la RHD,

que comprende una cepa de virus de la RHD de campo junto con los materiales necesarios para su replicación y para la preparación de una suspensión vírica con una concentración suficiente de partículas víricas con capacidad infectiva. La invención también presenta un uso del kit anterior para la preparación de una suspensión vírica para su administración a una población de conejos causando la infección de conejos juveniles con menos de 8-12 semanas de edad. Al causar la infección de conejos juveniles con menos de 8-12 semanas de edad, en los que el virus de la RHD no es mortal, se obtiene su hiperinmunización frente a dicho virus.

KIT DE HIPERINMUNIZACIÓN DE CONEJOS FRENTE A RHD Y USO DEL MISMO (RABBIT HAEMORRHAGIC DISEASE)

Campo de la invención La presente invención se refiere de manera general al campo del control de poblaciones animales, y más concretamente

se refiere al campo de la protección de poblaciones de conejos

de monte frente a la mortalidad por el virus de la RHD

(enfermedad hemorrágica del conejo, "rabbit haem orrhagic

disease") .

Antecedentes de la invención La enfermedad hemorrágica del conejo (RHD) es uno de los principales factores de mortalidad en las poblaciones de conej o silvestre. Desde su aparición en España a finales de los años 80, esta enfermedad vírica ha tenido un drástico efecto sobre esta especie, reduciendo de forma generalizada su abundancia.

Debido a la importancia biológica del conejo, su disminución ha constituido una grave disrupción en la dinámica de muchos ecosistemas. Esta disrupción se ha puesto de manifiesto principalmente en la reducción de disponibilidad de conejos como especie presa para algunas especies de depredadores más emblemáticas. No obstante, el conejo no sólo desempeña un papel como presa, sino que además, debido a su carácter herbívoro, desempeña una elevada actividad moduladora de la estructura y composición de la vegetación, mientras que las madrigueras que construye son refugio invernal o estival para una gran variedad de otras especies, tanto de vertebrados como invertebrados.

Desde el punto de vista cinegético, dado que el conejo es una de las principales especies de caza menor, la distorsión que ha tenido esta enfermedad para la caza resulta evidente. Por ejemplo, en la disminución generalizada del número de ejemplares cazados, la reducción de ingresos económicos por la venta de opciones de caza, los efectos sobre otras especies cinegéticas que tienen que soportar una mayor presión de caza, o incluso el incremento del problema causado por el uso indiscriminado de translocaciones y la introducción de ejemplares hibridados con razas domésticas como base de su gestión.

Con el objeto de conservar la biodiversidad y potenciar la actividad cinegética, se realizan actuaciones para tratar de recuperar poblaciones silvestres con la consiguiente inversión económica por parte de la Administración y de los colectivos de cazadores.

En la técnica anterior, los métodos utilizados para este fin son fundamentalmente los siguientes:

• la promoción de poblaciones autóctonas que se encuentran a baja densidad; y

• la creación de nuevos núcleos poblacionales mediante la reintroducción de ejemplares de origen silvestre o procedentes de la cría en cautividad.

Sin embargo, estas técnicas conocidas en la actualidad resultan insatisfactorias a medio y largo plazo a causa del virus de la RHD. La mayoría de las poblaciones que han sido gestionadas para incrementar su densidad y en las que el control de la depredación y el manejo de hábitat han sido adecuados, sólo son viables durante un corto período de tiempo (normalmente entre 2 y 3 años) , tras lo cual vuelven a disminuir como consecuencia del impacto de esta enfermedad. El motivo es que estas poblaciones han crecido en abundancia de conejos pero en ausencia del virus de la RHD.

Por otro lado, se ha observado que existen poblaciones naturales que, en presencia del virus, consiguen alcanzar densidades elevadas y en las que aparentemente el impacto de la enfermedad es relativamente bajo. El mecanismo responsable de este fenómeno es la reducción de la edad media a la que los conejos son infectados de forma natural por el virus. En efecto, se ha observado que la infección implica una letalidad del 80-99% en conejos subadultos y adultos, mientras que en animales con edades inferiores a las 8-12 semanas de vida la letalidad es prácticamente nula. Por ejemplo, en el artículo

de Robinson A. J., So P.T.M., Müller W. J., Cooke B.D., Capucci L. (2002) . Statistical models for the effect of age and maternal antibodies on the development of Rabbit haemorrhagic disease in Australian wild rabbits. Wildlife Research. 29: 663-671, se confirma que la letalidad de la infección por el virus de la RHD es prácticamente nula en conejos con edades inferiores a las 8 semanas de edad, y que éste grado de resistencia puede incrementarse hasta las 12 semanas en el caso de conejos nacidos de hembras que ya han superado la enfermedad.

Dado que la edad media de infección está inversamente

relacionada con la tasa de transmisión del virus, en las

poblaciones de conejos más densas, la tasa de trasmisión

vírica es elevada y por tanto menor la edad media de

infección, mientras que en las poblaciones de reciente

creación o a baja densidad, la edad media de infección es

siempre elevada, por lo que la mortalidad causada por la RHD a nivel poblacional también se ve drásticamente incrementada.

Según otras técnicas anteriores, de manera tradicional se ha tratado de paliar el impacto negativo de la RHD mediante el uso de vacunas inactivadas comerciales. Este tipo de productos presentan una elevada eficacia a nivel individual, pero son de muy difícil aplicación en poblaciones salvajes ya que es necesaria la captura de los ejemplares para poder administrarles la vacuna, no alcanzándose nunca coberturas de inmunización suficientes. Por otro lado, un gran problema de la inmunización mediante vacunas es que, aunque se reduce la mortalidad por la enfermedad entre los animales vacunados, a nivel de población simplemente se limita la transmisión natural del virus al reducir el número de individuos sensibles a la infección. Esto hace que la edad media de infección a nivel poblacional se incremente y, por lo tanto, se incremente la mortalidad entre el contingente de animales no vacunados, por lo que, tal y como han sugerido algunos estudios científicos, la inmunización mediante vacunación sólo podría

ser efectiva cuando se alcanzasen coberturas muy elevadas de vacunación y siempre que se mantuviese el esfuerzo a lo largo del tiempo, pues el cese de la vacunación implicará un incremento súbito de la incidencia de la RHD y un descenso brusco de la densidad poblacional.

Más recientemente se han creado diferentes métodos de inmunización de poblaciones frente a RHD sin el uso de vacunas comerciales inactivadas. Así, se ha logrado expresar y sintetizar la proteína VP60 de la cápside vírica en laboratorio, demostrando su capacidad de inmunización por vía oral. También se ha creado un virus recombinante de mixomatosis con capacidad de provocar inmunidad contra la proteína VP60, integrante de la cápside del virus de la RHD. Sin embargo, como se explicó anteriormente, en ambos casos la inmunidad a nivel poblacional implica la reducción de la transmisión del virus de la RHD, por lo que presentan los mismos inconvenientes desde el punto de vista epidemiológico que las vacunas comerciales tradicionales.

Por último, también se ha considerado el incremento de la densidad poblacional como un método para reducir el impacto de la RHD, con el fin de facilitar la transmisión vírica y disminuir la edad media de infección. Por este motivo la gestión de muchas poblaciones se basa en la reducción de otros factores de mortalidad y/o la realización de refuerzos poblacionales con ejemplares translocados vacunados o no. El problema de este método es que generalmente la propia RHD impide el crecimiento poblacional en el caso de poblaciones a baja densidad sometidas a gestión; mientras que en el caso de los refuerzos poblacionales, éstos implican un desequilibrio en la dinámica del sistema conejo-virus de la RHD, de tal manera que en respuesta a un crecimiento de la población de conejos en ausencia del virus o con una carga vírica ambiental baja (secundaria a la baja densidad poblacional) , suele tener lugar una respuesta del sistema consistente en el incremento brusco de la transmisión vírica lo que tiene generalmente como

consecuencia la mortalidad de un elevado contingente de la población.

En países como Australia y Nueva Zelanda, en los que las poblaciones de conejos silvestres son una plaga, se usa el virus de la enfermedad hemorrágica del conejo (RHD) como un agente de control biológico con la finalidad de diezmar estas poblaciones. Estas introducciones controladas se usan por los propios ganaderos y/o agricultores y también por técnicos de las instituciones con competencia en conservación del medio (Cooke B. D. (2002) . Rabbit haemorrhagic disease: field epidemiology and the management of wild rabbit populations. Rev. sci. techo Off. Int. Epiz. 21:347-358;... [Seguir leyendo]

1. Kit de hiperinmunización de conejos frente a RHD que comprende una cepa de virus de la RHD de campo junto con los materiales necesarios para su replicación y para la preparación de una suspensión vírica con una concentración suficiente de partículas víricas con capacidad infectiva.

2. Kit de hiperinmunización de conejos frente a RHD que comprende una suspensión vírica con una concentración suficiente de partículas víricas con capacidad infectiva, lista para administrarse a la población de conejos que va a tratarse

3. Kit según cualquiera de las reivindicaciones 1 y 2, caracterizado por que comprende además un cebo atractivo para la población de conejos que va a tratarse para la administración de la suspensión vírica a dicha población de conejos.

4. Uso del kit según la reivindicación 1 para la preparación de una suspensión vírica con una concentración suficiente de partículas víricas con capacidad infectiva para su administración a una población de conejos para su inmunización frente a RHD.

5. Uso según la reivindicación 4, caracterizado por que la suspensión vírica se administra a una población de conejos juveniles con menos de 8-12 semanas de edad.

6. Uso según cualquiera de las reivindicaciones 4 y 5, caracterizado por que la suspensión vírica se administra a la población de conejos mediante la presentación de la misma en un cebo atractivo para la población de conejos.

7. Uso según cualquiera de las reivindicaciones 4 a 6, caracterizado por que la suspensión vírica se administra durante el período reproductor de la población de conejos, garantizando así la infección de ejemplares juveniles de menos de 8-12 semanas de edad.

8. Uso según cualquiera de las reivindicaciones 4 a 7,

caracterizado por que la suspensión vírica se administra

repetidamente durante un intervalo temporal de 3 a 6

semanas.

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