1. Cintas, bolsos, y bandoleras, para iPads o tabletas, que permiten portar,

proteger y usar el aparato electrónico, al disponerlo lateralmente y desplazarlo con igual facilidad delante del cuerpo, situándolo horizontalmente sin que sea necesario sujetarlo con las manos, caracterizados por presentar una cinta con una argolla (12) en uno de sus cabos, otra argolla (13) en el otro cabo, y una tercera argolla (15) situada a cierta altura del cabo que tiene la argolla 13, y que también presentan un cuerpo con una ranura lateral (5) para introducir la tableta, otra serie de ranuras para las distintas conexiones y clavijas del iPad, una ventana (6) en el reverso (figura 1) que se puede tapar a conveniencia y por donde se puede ver la pantalla cuando la tableta queda encajada, y un anverso (figura 2), lado dispuesto hacia afuera cuando colgamos el bolso lateralmente, que muestra la misma estructura que tiene cualquier bandolera, con una serie de bolsillos (10) o con una lengüeta que aporte algún tipo de cierre.

2. Cintas, bolsos, y bandoleras, para iPads o tabletas, que permiten portar, proteger y usar el aparato electrónico, según reivindicación 1, y que también permiten usar la tableta como si fuera un ordenador de mesa (figura 5), caracterizados por presentar una funda con un pie extraíble (11), para que ésta se mantenga derecha.

3. Cintas, bolsos, y bandoleras, para iPads o tabletas, que permiten portar, proteger y usar el aparato electrónico, según reivindicación 1, y que también permiten usar la tableta como si fuera un ordenador de mesa (figura 5), caracterizados por presentar una funda con un borde de pato más ancho en la parte inferior y más estrecho en la parte superior, de modo que la base de esa funda pueda abrirse como un acordeón y ofrecer un pie que la mantenga derecha sobre la mesa, y otras veces se cierre y se abotone, permitiendo estrechar la funda para llevarla colgada.

4. Cintas, bolsos, y bandoleras, para iPads o tabletas, que permiten portar, proteger y usar el aparato electrónico, según reivindicación 1, y que también permiten usar la tableta como si fuera un ordenador de mesa (figura 5), según reivindicación 2 y 3, caracterizados por presentar una tapa con un teclado (7) adherido o colocado internamente, que se abrirá y quedará perpendicular a la pantalla, y que también se doblará para quedar en el mismo plano de la pantalla, pudiendo entonces usar el teclado cuando manejamos el iPad sin apoyarlo en ninguna mesa, como aparece en la figura 4.

5.Cintas, bolsos, y bandoleras, para iPads o tabletas, que permiten portar, proteger y usar el aparato electrónico, según reivindicación 1, caracterizados por presentar una funda con una ranura en la parte superior, donde irá introducida la tableta electrónica.

6. Cintas, bolsos, y bandoleras, para iPads o tabletas, que permiten portar, proteger y usar el aparato electrónico, según reivindicación 1, caracterizados por presentar una funda en la cual la tableta va colocada dentro de un espacio, pegada internamente a una tapa que se abrirá igual que lo hace el elemento 7 de esta invención.

7. Cintas, bolsos, y bandoleras, para iPads o tabletas, que permiten portar, proteger y usar el aparato electrónico, según reivindicación 1, caracterizados por presentar una cinta con cuatro cabos, resultado de dos bifurcaciones. Cada uno de esos cabos llevará una argolla. Cuando todas las argollas estén unidas a los herrajes (1, 2, 3 y 4), la funda se dispondrá horizontalmente, al objeto de mirar y manejar la pantalla del iPad. Cuando solo sean dos de esas argollas (12 y 13) las que se unan a dos herrajes de la funda (1 y 2), ésta se dispondrá lateralmente, a modo de bandolera.

8. Cintas, bolsos, y bandoleras, para iPads o tabletas, que permiten portar, proteger y usar el aparato electrónico, según reivindicación 1, caracterizados por presentar una cinta con tres cabos, dos de ellos producto de una bifurcación.

9. Cintas, bolsos, y bandoleras, para iPads o tabletas, que permiten portar, proteger y usar el aparato electrónico, según reivindicación 1, caracterizados por presentar una cinta sin bifurcaciones y con una única argolla 13. Esta se moverá a lo largo de la cinta para anclarse al herraje 4. Podría ser que la cinta tuviera los cabos cosidos a la funda. En tal caso la argolla 13 recorrería esa cinta para anclarse al único herraje (4) de la funda.

10. Cintas, bolsos, y bandoleras, para iPads o tabletas, que permiten portar, proteger y usar el aparato electrónico, según reivindicación 1, y que además permiten llevar las tabletas colgadas en la espalda como si fueran dentro una mochila, caracterizados por presentar una cinta con una hebilla (u otro tipo de enganche) en su parte central. Esta hebilla se podrá desabrochar, y los lados separados de este modo se podrán anclar nuevamente a los herrajes inferiores (3 y 4) de la funda, que estará pendiendo en la espalda, con la cinta saliendo por ambos hombros.

11. Cintas, bolsos, y bandoleras, para iPads o tabletas, que permiten portar, proteger y usar el aparato electrónico, según reivindicación 1, y que además permiten llevar las tabletas colgadas en la espalda como si fueran dentro de una mochila, caracterizados por presentar una cinta que tendrá un mecanismo de botones o enganches en el medio, gracias al cual podrá reducir su longitud considerablemente y de forma inmediata. El botón tendrá un enganche a cierta distancia de él, de tal modo que cuando se abroche provocará que la cinta se doble, reduciendo su longitud, y permitiendo cargar la bandolera sobre la espalda.

12. Cintas, bolsos, y bandoleras, para iPads o tabletas, que permiten portar, proteger y usar el aparato electrónico, según reivindicación 1, caracterizados por presentar una cinta que se unirá al propio armazón de la tableta electrónica. De esta manera, el producto a proteger será un ordenado completo, con una carcasa que sea al mismo tiempo una funda y una bandolera con las características que ya se han descrito.

13. Cintas, bolsos, y bandoleras, para iPads o tabletas, que permiten portar, proteger y usar el aparato electrónico, según reivindicación 1, caracterizados por presentar una cinta que se unirá a una carcasa fija consistente en una funda de cuero o de material sintético que incorpore, adheridos a ella, todos los componentes electrónicos. De esta manera, el producto a proteger será un ordenado completo, con una carcasa que sea al mismo tiempo una funda y una bandolera con las características que ya se han descrito.

14. Cintas, bolsos, y bandoleras, para iPads o tabletas, que permiten portar, proteger y usar el aparato electrónico, según reivindicación 1, caracterizados por presentar una cinta unida a un bolso convencional. Este presentaría la salvedad de tener una pantalla en un lateral, o una ranura o espacio donde encajar la tableta electrónica.

15. Cintas, bolsos, y bandoleras, para iPads o tabletas, que permiten portar, proteger y usar el aparato electrónico, según reivindicación 1, caracterizados por presentar una funda con un bolso accesorio, unido a ella por medio de botones o cremalleras.

16. Cintas, bolsos, y bandoleras, para iPads o tabletas, que permiten portar, proteger y usar el aparato electrónico, según reivindicación 1, caracterizados por presentar una funda que sirva para transportar un aparato más parecido a un ordenador convencional que a una tableta, es decir, con una pantalla que también funcione como tapa. En la figura 6 puede apreciarse la manera en la que uno de estos ordenadores se introduce en una de esas fundas. En este caso, la ventana (6) de la funda mostraría el teclado (20), una vez que este se haya introducido por la ranura superior (19). En la posición horizontal la pantalla del ordenador se abriría hacia arriba (21), hasta quedar en el ángulo correcto.

Cintas, bolsos y bandoleras, para iPad o tabletas.

I Objetivo de la invención

La invención se encuadra en el sector técnico de los accesorios informáticos, más concretamente en el relativo a las fundas o mochilas para ordenadores portátiles, y dentro de este en el relativo a las fundas para iPad y para tabletas en general.

II Antecedentes de la invención

La historia de la informática está jalonada de éxitos. Los avances han sido constantes y han venido produciéndose en el contexto de una evolución que ha estado marcada por una pauta general. Los ordenadores se han hecho más pequeños y más rápidos, y cada vez se ha podido manipular más información dentro del mismo espacio. Tras varias décadas de cambios, asistimos hoy día a una reducción considerable en el tamaño de aquellas primeras computadoras, armatostes que ocupaban habitaciones enteras, que necesitaban la energía de una pequeña central eléctrica, y que solo estaban al alcance de las grandes instituciones públicas.

El primer gran avance consistió en el manejo digital de la información. Después de siglos de cálculos analógicos, en los que se empleaban ábacos, engranajes, ensamblajes, remaches, o tarjetas perforadas, por fin durante la segunda década del siglo XX nació el concepto de la puerta lógica, que algunos años más tarde sería implementado en el diseño de unos ordenadores basados en la técnica de los tubos de vacío. La puerta lógica es un dispositivo electrónico que hace las funciones de un interruptor, permitiendo o impidiendo que la electricidad pase a su través. Este mecanismo tan simple, en el que solo se usan dos operaciones, posibilitó el empleo de un lenguaje extremadamente sencillo, compuesto también por dos únicos símbolos: un cero y un uno. Además, la información digital, ordenada de forma binaria y en paquetes discretos, era susceptible de una manipulación mucho mayor. Podía comprimirse considerablemente, se recuperaba con facilidad, y no acusaba ningún desgaste. Esta simplificación y estas posibilidades se tradujeron al instante en un incremento de la capacidad de manejo de la información y, consecuentemente, en una reducción del espacio empleado para esos usos.

Otro progreso fundamental en la misma línea acaeció con la invención de los transistores y con su disposición dentro de esos circuitos integrados que comúnmente llamamos chips. Este segundo avance redujo enormemente el tamaño de las puertas lógicas, al tiempo que habilitaba métodos de fabricación que propiciaron la producción de millones de estas puertas. Dichos desarrollos consiguieron que los ordenadores se volviesen livianos y baratos, lo que a su vez permitió que dejaran de pertenecer a las élites científicas, salieran del reducto del laboratorio, de los edificios oficiales, y finalmente fueran empleados por todos los ciudadanos.

La consecuencia de esta evolución ha tenido un efecto claro, a saber, los ordenadores han entrado en nuestras casas y en nuestras vidas, y se han colocado sobre la mesa del escritorio, al servicio de todos nosotros. Este corolario promovió el uso masivo de dichas máquinas, y todos nos beneficiamos de unos avances que han cambiado profundamente la historia y la cultura de los últimos cincuenta años. Este camino y estos éxitos han estado determinados por una prioridad fundamental, la de resolver problemas de mutua adaptación entre la máquina y el hombre. De todos los conocimientos técnicos, el que se aplica en la ergonomía es uno de los más notables, pues es el que marca los objetivos y las pautas que han de seguir todos los demás. No en vano, el objetivo final siempre es que el hombre se beneficie de aquello que produce, motivo por el cual todo eso que inventa debe estar adaptado a él. En el caso que nos atañe ese objetivo se cumplió cuando los ordenadores se adaptaron al entorno familiar, gracias a la reducción de tamaño que fue fraguándose poco a poco a lo largo de la segunda mitad del siglo XX.

No obstante, aunque hemos conseguido que los ordenadores se adapten al lugar en el que vivimos y entren en todas las casas, debido a esa misma adecuación hoy en día es necesario que vuelvan a salir. La adaptación aun no está terminada, en tanto en cuanto los ordenadores sigan dependiendo de un entorno concreto y solo puedan habitar uno de los muchos espacios en los que se desenvuelve el ser humano. En cierto modo, los ordenadores aun siguen dependiendo de un entorno. Este ya no es el sótano del laboratorio, ni tampoco el de un edificio estatal, pero sigue siendo un entorno muy particular: la mesa de la habitación. Sacarlos de este espacio implica siempre una cierta dificultad. Por consiguiente, otro reto tan importante como ese que llevó a que los ordenadores pudieran usarse en todas las casas es el que habrá de permitir que nos acompañen en todo momento y que podamos sacarlos y utilizarlos en cualquier otro lugar, de forma sencilla. El problema principal a la hora de enfrentar este nuevo reto es que el cuerpo del ser humano no está pensado para usar un ordenador. No incorpora ningún bufete sobre el que podamos apoyarlo. Malamente, puede usarse el regazo solo cuando uno está sentado. Pero esta plataforma es endeble, desaparece en cuanto nos levantamos, y obliga a tener las piernas en una determinada posición todo el rato.

Por tanto, la ciencia de la ergonomía aun debe resolver el "problema de la mesa". Solo entonces los ordenadores podrán salir de casa y formar parte de nuestra vida, acompañándonos en todas las tareas y a todos los entornos a los que decidamos acudir. Los ordenadores se han deshecho de múltiples cables que los encadenaban al escritorio y a los enchufes de las paredes. Ahora, con las nuevas baterías, con los dispositivos inalámbricos, y con la pantalla y el teclado incorporados en un único elemento, ya no se encuentran atenazados por todos esos cables. Sin embargo siguen anclados a la mesa, porque han de tener alguna apoyatura y porque las manos que los controlan también deben descansar sobre un teclado más o menos fijo. Es sumamente perentorio que encontremos una solución a esta última dependencia.

Las tabletas y los iPad son ordenadores que han empezado a salir de casa, acompañando a sus dueños a todos los lugares a los que estos deciden ir. Pero esta emancipación esta iniciándose y aun es bastante precaria, ya que falta el soporte físico de la mesa, con lo cual aparecen algunos inconvenientes. Las tabletas se deben aferrar al menos con una mano. No se puede teclear cómodamente mientras las sostenemos, y cuando vemos una película hemos de estar todo el rato aguantando la pantalla para adecuar el ángulo de visión. La incomodidad es manifiesta. Se gana versatilidad y movilidad, pero también surgen algunas molestias, sobre todo en las tareas que requieren las dos manos, cuando utilizamos el teclado, o en aquellas otras que no requieren ninguna, cuando vemos un filme o un vídeo largo.

El resultado es que muchos consumidores se quejan de que las tabletas están a medio camino entre el teléfono móvil y el ordenador portátil, careciendo de las ventajas que aportan cada uno de estos aparatos por separado. No obstante, los ordenadores van a ser cada vez más pequeños y ligeros, y al final habrán de convertirse en una simple tableta; su volumen solo debería estar condicionado por el tamaño de la pantalla que queramos tener. Esto se debe a que la pantalla es el único elemento que no admite una reducción constante. Las computadoras, y en general cualquier máquina, presentan tres elementos principales: una fuente de alimentación, una unidad de procesamiento y almacenamiento de la información, y un interface que les sirve para intercambiar datos con el exterior. Con los dos primeros, con las baterías y los procesadores, interesa sobre todo que sean más pequeños. Pero el interface no se aprecia por su tamaño reducido. En concreto, en los ordenadores las pantallas deben presentar unas imágenes suficientemente grandes, según la distancia a las que las queramos ver y según el gusto personal. Al contrario que los componentes internos (procesadores y baterías), el interface no incrementa su valor al hacerse mas y mas pequeño, ya que es el componente que se encarga de interaccionar con el exterior y por tanto debe ajustarse a las dimensiones y las preferencias del usuario. Por consiguiente, el elemento que acabará condicionando la forma y el tamaño de un ordenador no será ese que puede reducirse hasta volverse microscópico, sino ese otro que debe mantener un tamaño visible (tal es el caso de la pantalla). La consecuencia obvia de todo esto es que la forma de los ordenadores terminará asemejándose...

1. Cintas, bolsos, y bandoleras, para iPads o tabletas, que permiten portar, proteger y usar el aparato electrónico, al disponerlo lateralmente y desplazarlo con igual facilidad delante del cuerpo, situándolo horizontalmente sin que sea necesario sujetarlo con las manos, caracterizados por presentar una cinta con una argolla (12) en uno de sus cabos, otra argolla (13) en el otro cabo, y una tercera argolla (15) situada a cierta altura del cabo que tiene la argolla 13, y que también presentan un cuerpo con una ranura lateral (5) para introducir la tableta, otra serie de ranuras para las distintas conexiones y clavijas del iPad, una ventana (6) en el reverso (figura 1) que se puede tapar a conveniencia y por donde se puede ver la pantalla cuando la tableta queda encajada, y un anverso (figura 2), lado dispuesto hacia afuera cuando colgamos el bolso lateralmente, que muestra la misma estructura que tiene cualquier bandolera, con una serie de bolsillos (10) o con una lengüeta que aporte algún tipo de cierre.

2. Cintas, bolsos, y bandoleras, para iPads o tabletas, que permiten portar, proteger y usar el aparato electrónico, según reivindicación 1, y que también permiten usar la tableta como si fuera un ordenador de mesa (figura 5), caracterizados por presentar una funda con un pie extraíble (11), para que esta se mantenga derecha.

3. Cintas, bolsos, y bandoleras, para iPads o tabletas, que permiten portar, proteger y usar el aparato electrónico, según reivindicación 1, y que también permiten usar la tableta como si fuera un ordenador de mesa (figura 5), caracterizados por presentar una funda con un borde de pato más ancho en la parte inferior y más estrecho en la parte superior, de modo que la base de esa funda pueda abrirse como un acordeón y ofrecer un pie que la mantenga derecha sobre la mesa, y otras veces se cierre y se abotone, permitiendo estrechar la funda para llevarla colgada.

4. Cintas, bolsos, y bandoleras, para iPads o tabletas, que permiten portar, proteger y usar el aparato electrónico, según reivindicación 1, y que también permiten usar la tableta como si fuera un ordenador de mesa (figura 5), según reivindicación 2 y 3, caracterizados por presentar una tapa con un teclado (7) adherido o colocado internamente, que se abrirá y quedará perpendicular a la pantalla, y que también se doblará para quedar en el mismo plano de la pantalla, pudiendo entonces usar el teclado cuando manejamos el iPad sin apoyarlo en ninguna mesa, como aparece en la figura 4.

5. Cintas, bolsos, y bandoleras, para iPads o tabletas, que permiten portar, proteger y usar el aparato electrónico, según reivindicación 1, caracterizados por presentar una funda con una ranura en la parte superior, donde irá introducida la tableta electrónica.

6. Cintas, bolsos, y bandoleras, para iPads o tabletas, que permiten portar, proteger y usar el aparato electrónico, según reivindicación 1, caracterizados por presentar una funda en la cual la tableta va colocada dentro de un espacio, pegada internamente a una tapa que se abrirá igual que lo hace el elemento 7 de esta invención.

7. Cintas, bolsos, y bandoleras, para iPads o tabletas, que permiten portar, proteger y usar el aparato electrónico, según reivindicación 1, caracterizados por presentar una cinta con cuatro cabos, resultado de dos bifurcaciones. Cada uno de esos cabos llevará una argolla. Cuando todas las argollas estén unidas a los herrajes (1, 2, 3 y 4), la funda se dispondrá horizontalmente, al objeto de mirar y manejar la pantalla del iPad. Cuando solo sean dos de esas argollas (12 y 13) las que se unan a dos herrajes de la funda (1 y 2), esta se dispondrá lateralmente, a modo de bandolera.

8. Cintas, bolsos, y bandoleras, para iPads o tabletas, que permiten portar, proteger y usar el aparato electrónico, según reivindicación 1, caracterizados por presentar una cinta con tres cabos, dos de ellos producto de una bifurca-ción.

9. Cintas, bolsos, y bandoleras, para iPads o tabletas, que permiten portar, proteger y usar el aparato electrónico, según reivindicación 1, caracterizados por presentar una cinta sin bifurcaciones y con una única argolla 13. Esta se moverá a lo largo de la cinta para anclarse al herraje 4. Podría ser que la cinta tuviera los cabos cosidos a la funda. En tal caso la argolla 13 recorrería esa cinta para anclarse al único herraje (4) de la funda.

10. Cintas, bolsos, y bandoleras, para iPads o tabletas, que permiten portar, proteger y usar el aparato electrónico, según reivindicación 1, y que además permiten llevar las tabletas colgadas en la espalda como si fueran dentro una mochila, caracterizados por presentar una cinta con una hebilla (u otro tipo de enganche) en su parte central. Esta hebilla se podrá desabrochar, y los lados separados de este modo se podrán anclar nuevamente a los herrajes inferiores (3 y 4) de la funda, que estará pendiendo en la espalda, con la cinta saliendo por ambos hombros.

11. Cintas, bolsos, y bandoleras, para iPads o tabletas, que permiten portar, proteger y usar el aparato electrónico, según reivindicación 1, y que además permiten llevar las tabletas colgadas en la espalda como si fueran dentro de una mochila, caracterizados por presentar una cinta que tendrá un mecanismo de botones o enganches en el medio, gracias al cual podrá reducir su longitud considerablemente y de forma inmediata. El botón tendrá un enganche a cierta distancia de él, de tal modo que cuando se abroche provocará que la cinta se doble, reduciendo su longitud, y permitiendo cargar la bandolera sobre la espalda.

12. Cintas, bolsos, y bandoleras, para iPads o tabletas, que permiten portar, proteger y usar el aparato electrónico, según reivindicación 1, caracterizados por presentar una cinta que se unirá al propio armazón de la tableta electrónica. De esta manera, el producto a proteger será un ordenado completo, con una carcasa que sea al mismo tiempo una funda y una bandolera con las características que ya se han descrito.

13. Cintas, bolsos, y bandoleras, para iPads o tabletas, que permiten portar, proteger y usar el aparato electrónico, según reivindicación 1, caracterizados por presentar una cinta que se unirá a una carcasa fija consistente en una funda de cuero o de material sintético que incorpore, adheridos a ella, todos los componentes electrónicos. De esta manera, el producto a proteger será un ordenado completo, con una carcasa que sea al mismo tiempo una funda y una bandolera con las características que ya se han descrito.

14. Cintas, bolsos, y bandoleras, para iPads o tabletas, que permiten portar, proteger y usar el aparato electrónico, según reivindicación 1, caracterizados por presentar una cinta unida a un bolso convencional. Este presentaría la salvedad de tener una pantalla en un lateral, o una ranura o espacio donde encajar la tableta electrónica.

15. Cintas, bolsos, y bandoleras, para iPads o tabletas, que permiten portar, proteger y usar el aparato electrónico, según reivindicación 1, caracterizados por presentar una funda con un bolso accesorio, unido a ella por medio de botones o cremalleras.

16. Cintas, bolsos, y bandoleras, para iPads o tabletas, que permiten portar, proteger y usar el aparato electrónico, según reivindicación 1, caracterizados por presentar una funda que sirva para transportar un aparato más parecido a un ordenador convencional que a una tableta, es decir, con una pantalla que también funcione como tapa. En la figura 6 puede apreciarse la manera en la que uno de estos ordenadores se introduce en una de esas fundas. En este caso, la ventana (6) de la funda mostraría el teclado (20), una vez que este se haya introducido por la ranura superior (19). En la posición horizontal la pantalla del ordenador se abriría hacia arriba (21), hasta quedar en el ángulo correcto.