ENGASTE DE JOYERÍA CON REFLECTOR CÓNCAVO BAJO LA GEMA.

Engaste de joyería con reflector cóncavo (2) bajo las gemas (1),

piedras preciosas (1), semipreciosas (1) y vidrios (1) y de mayor perímetro que éstas, para conseguir introducir por reflexión, en la parte inferior de la "piedra" (culata o pabellón (16)), una mayor cantidad de luz, procedente directamente tanto desde el exterior, como la que, habiendo penetrado en la "piedra" por su parte superior (corona) (15), escapa de ella por la parte inferior (culata) (16), aumentando así su brillo considerablemente.

ENGASTE DE JOYERíA CON REFLECTOR CÓNCAVO BAJO LA GEMA

La presente invención se refiere a un sistema de montura o engaste de joyería con reflector cóncavo, que se sitúa bajo una o varias piedras preciosas, semi preciosas o vidrio, habitualmente transparentes y facetadas, con el objetivo de aumentar su brillo. Comprende un reflector cóncavo, liso o facetado, que al ser de mayor superficie que la piedra en su proyección en planta, hace que tanto la luz que entra en la piedra por la "corona" y a continuación sale de ella por la "culata", como la parte de la luz que le llega directamente del exterior por la zona comprendida entre la piedra y el reflector, reboten hacia el interior de la piedra por su parte inferior (culata) , y salgan de nuevo al exterior por la parte superior de la piedra (corona) , con lo que se consigue un efecto de brillo de la piedra mucho más intenso. Las "piedras" a las que continuamente se hará referencia en este escrito, son las gemas o minerales cristalizados, naturales o sintéticas, transparentes y facetadas, que suelen utilizarse en joyería, incluyendo las conocidas como "piedras preciosas", semipreciosas" y los vidrios.

CAMPO DEL INVENTO

El presente invento se refiere a la colocación en los engastes de joyería, debajo de las "piedras", de un reflector cóncavo de mayor perímetro que éstas, cuya función es reintroducir en la "piedra" a través de la "culata" tanto la luz que se escapa de ésta y rebota en el reflector, cómo la que llega directamente al reflector sin atravesar previamente la piedra. Esta reintroducción de la luz por la culata para que salga de nuevo por la corona tras atravesar la piedra, aumentar su apariencia de "brillo" y tamaño.

ANTECEDENTES DE LA INVENCiÓN

En los clavados o engarces tradicionales de "piedras" en joyería, éstas se fijan a la estructura de la joya apoyando en ésta parte de la culata y se sujetan mediante "garras" tubulares, bolas, grapas, o rebabas entre otros medios, al filetín, para evitar los desplazamientos. En general suele dejarse sin metalla parte inferior de la "piedra" (parte inferior de la culata) , para poder limpiarla.

La luz que penetra por la corona de la "piedra", por el fenómeno de refracción,

cambia de dirección al introducirse en ella y gran parte de esa luz no traspasa la

"piedra", sino que, al ser reflejada por las facetas inferiores inclinadas de la culata,

5 vuelve a salir por la corona, siendo visualizada y produciendo el fenómeno conocido

como "brillo".

La técnica ha desarrollado modelos que optimizan para cada material los

ángulos ideales para conseguir que la mayor parte de la luz no escape por la culata,

ya que la luz que escapa de la culata no contribuye al brillo de la "piedra", quedando

1 O absorbida por otras partes de la joya o la propia piel del portador de la misma.

Se han hecho multitud de diseños en que se crean aberturas laterales con

objeto de conseguir captar mayor cantidad de luz del exterior, e incluso formas

reflectoras convexas con esta misma finalidad, pero no hay antecedentes de la

colocación un reflector cóncavo específico para canalizar parte de la luz "perdida", e

15 incluso captar, al tener una mayor superficie que la "piedra", una mayor cantidad de luz

y proyectarla hacia el interior de la culata.

DESCRIPCION DE LA INVENCION

La invención comprende la colocación de un reflector cóncavo, liso o facetado, bajo la "piedra", que proyecte hacia la culata gran parte de la luz que escapa de la "piedra" o que llegue directamente desde el exterior, provocando el efecto de un mayor brillo y de una aureola de luz en la corona comprendida entre el filetín y el perímetro del reflector. Este reflector puede ser una pieza independiente añadida y sujeta a la estructura de la joya, o puede realizarse creando dicha forma cóncava en la propia estructura de la joya. Este reflector puede tener cualquier forma; y la forma puede ser distinta en su contorno, permitiendo la entrada de la luz hacia la culata de la piedra. Puede estar formado por pequeñas superficies planas o curvas, que en su conjunto definan una superficie cóncava global. Puede ejercer su función para la totalidad del volumen de la piedra, o sólo para una parte de ella, como sería el caso de medio reflector, que produciría efectos especiales de intensidad en el brillo de la piedra. Un reflector puede ejercer su función para varias piedras agrupadas. La "piedra" se sujeta o se clava mediante "grapas", o "bolas", o cualquier otro sistema, a lo largo del filetín.

DESCRIPCION DE LOS FENOMENOS OPTICOS QUE SE CONSIGUEN CON EL REFLECTOR Y DIBUJOS ACLARATORIOS Fig.A Esquema en planta y alzado del reflector. La "piedra" (1) está clavada por medio de garras, patas o bolas (5) a la estructura de la joya. Bajo la "piedra" (1) se sitúa un reflector cóncavo, que pude ser liso (2) , facetado (3) o mixto (2 y 3) . Se indica en el dibujo la parte de la piedra denominada "corona" (11) y la "culata" (12) Fig.B Esquema en sección de la trayectoria de tres rayos "tipo" de luz, que llegan del exterior: En la figura superior (B1) se esquematiza la trayectoria de un rayo de luz (8) que, procedente del exterior, penetra en la zona comprendida entre la corona de la "piedra"

(1) Y el perímetro del reflector (2) , soportado en una estructura genérica de la joya (6) , más extenso. Este rayo se refleja consecutivamente en el reflector (2) , saliendo por este mismo espacio comprendido entre el perímetro del reflector y la "piedra", creando un efecto de aureola luminosa que hace parecer la "piedra" de mayor tamaño que el que tiene realmente. En la figura (82) se esquematiza el rayo (9) que, penetrando por la zona comprendida entre la "piedra" (1) y la superficie del reflector (2) soportado por la estructura genérica de la joya (6) , incide con un ángulo que lo introduce en el interior de la culata de la "piedra", pudiendo ser refractado y emitido al exterior por la corona. Aumenta el efecto brillo de la "piedra". En la figura (B3) el rayo (10b) entra por la corona de la "piedra" (1) procedente del exterior, es refractado en el interior e incide por la parte interior de una de las facetas de la culata, con un ángulo inferior al "ángulo límite", por lo que escapa por la "culata". Este rayo rebota en el reflector (2) y es proyectado de nuevo al interior de la "piedra"

(1) con la trayectoria definida en el dibujo (11) . También se indica el caso en el que el rayo (10a) incide de tal forma sobre la piedra (1) que no llega a penetrar de nuevo en ella sino que incide en el reflector (2) y sale con una trayectoria (12) comprendida entre el reflector (2) y la piedra (1) . Fig.C Se dibujan esquemas de algunas de las distintas formas, en planta, que puede tener el reflector, para adaptarlo a las necesidades artísticas de la creación de la joya o a la forma de la "piedra". En la figura C1 se esquematiza una forma de piedra "oval" (1) con reflector de forma oval (2) .

En la figura C2 se esquematiza una piedra (1) de forma triangular "trillón" y un reflector

(2) compuesto por tres triángulos esféricos unidos.

En la figura C3 se esquematiza la forma de piedra (1) ahusada "marquisse", y un reflector (2) compuesto por dos superficies cóncavas unidas. En la figura C4 se esquematiza en alzado el reflector (2) con su soporte genérico (6) con apertura lateral (7) . Las partes altas del perímetro del reflector permiten sujetar las "garras" (3) de clavado de la "piedra".

Fig O Esquema en perspectiva de un prototipo. El reflector (2) está formado, en este caso, por cuatro sectores esféricos unidos, sobre cuyo perímetro están sujetas cuatro bolas (3) de clavado de la "piedra" (1) .

1. Una montura o engaste de joyería que comprende la colocación bajo la "piedra" de un reflector cóncavo liso de mayor superficie en su proyección en planta que la de la piedra, entendida como tal cualquier gema o mineral cristalizado, natural o sintético, transparente y facetado, incluyendo las conocidas como piedras preciosas, semipreciosas y los vidrios. 2. Montura o engaste de joyería según se ha definido en la reivindicación 18, pero con la superficie reflectante -o reflector-facetada en pequeñas superficies, formando un conjunto cóncavo. 3. Montura o engaste de joyería según se ha definido en la reivindicación 18 y 28, en la que el reflector cóncavo se ha construido en la propia estructura portante de la joya, formando parte de la misma. 4. Montura o engaste de joyería, según se ha definido en las reivindicaciones 18 y 28, a la que se añade un reflector cóncavo como elemento independiente pero sujeto a la estructura de la joya, formando así parte de ella. 5. Montura o engaste de joyería, según se ha definido en las reivindicaciones 18 a 48, pero en la que el reflector cóncavo está formado por varias superficies más pequeñas, obteniendo la forma cóncava en su conjunto. 6. Montura o engaste de joyería, según se ha definido en las reivindicaciones 18 a 58, pero en la que solamente es cóncava parte del reflector. 7. Montura o engaste de joyería, según se ha definido en las reivindicaciones 18 a 68, pero en la que el reflector tiene cualquier perímetro, cubriendo total o parcialmente la proyección horizontal de la piedra. 8. Montura o engaste de joyería según se ha definido en las reivindicaciones 18 a 78, en la que se engarzan varias piedras sobre un solo reflector.

Fig.A

(81) +

(82)

Fig.B

rr ill

\

(C1)

\ (C2)

(DCD