Procedimiento de elaboración de un abono ecológico, a partir de algas de arribazón y restos de pescado,

que comprende las etapas de superponer alternativamente capas de algas, capas de restos de pescado y capas de material lignocelulósico, a temperatura y presión ambientales, voltear la pila durante 2 meses hasta obtener un compost aireado, mezclado y homogéneo, maduración y volteo quincenal durante otros 2 meses, hasta obtener un compost estable y maduro, y cribar dicho compost a fin de obtener un abono homogéneo que se incorpora fácilmente en el terreno a fertilizar

Procedimiento de elaboración de abono ecológico a base de algas, restos de pescado y material lignocelulósico.

Objeto de la invención

La presente invención se refiere a un procedimiento para elaborar un abono ecológico que comprende algas, restos de pescado y material lignocelulósico.

Campo de la invención

La invención se incluye dentro del campo agrícola, especialmente, en el suministro de abonos naturales para la agricultura ecológica, respetuosa con el medio ambiente.

Antecedentes de la invención

Dentro de la estrategia "Recursos naturales y gestión de residuos" del VI Programa Ambiental Europeo (2001-2010), la reintroducción de residuos en el ciclo productivo y económico, mediante el reciclado o su devolución al medio en forma útil, es una acción prioritaria para lograr la sostenibilidad de los sistemas agrícolas.

El mar provee de una gran cantidad de recursos, uno de los cuales lo constituyen las algas que, arrastradas por las mareas y la acción del viento, arriban a las costas. Al conjunto de algas depositadas en las playas se les denomina "arribazón" o "arribazones". Las algas han sido empleadas durante siglos como abono natural en numerosas regiones costeras de todo el mundo (Zemke-White & Ohno, 1999; McHugh, 2003), debido a su capacidad fertilizante, a la mejora que producen en la estructura del suelo y al aporte de micronutrientes y activadores del crecimiento (Blunden, 1991; Verkleij, 1992; López-Mosquera & Pazos, 1997). Una ventaja añadida de este tipo de fertilización es la ausencia de semillas de malas hierbas y patógenos, que si pueden aparecer cuando se emplean otros abonos orgánicos.

En Galicia, con más de 1500 km de costa, esta práctica ancestral está en desuso desde la generalización del empleo de los fertilizantes químicos y, sobre todo, debido al encarecimiento de la mano de obra para su recogida y transporte, de tal manera que hoy en día podria decirse que se trata de un recurso infrautilizado para este fin.

Por otro lado, en algunos casos, las algas son consideradas un residuo:

- en aquellas zonas donde los problemas de eutrofización originan crecimientos excesivos de algas (Morand & Briand, 1996),

- en zonas turísticas, en verano, los procesos de putrefacción asociados a los aportes de algas en las playas, hacen necesaria su recogida (Rosenberg, 1985; Piriou & Ménesguen, 1992), por lo que se retiran y, normalmente, son llevadas a vertedero perdiendo así su potencial como recurso, y

- también, en las zonas de marisqueo en donde su acumulación perjudica a los cultivos de bivalvos y en acuicultura (Rodríguez et al., 1987; Niell et al., 1996).

Sin embargo, no debe olvidarse que las algas tienen una misión ecológica y que en ellas y de ellas viven gran cantidad de organismos. Por esta razón, su aprovechamiento debe ser planteado a través de una extracción respetuosa con el medio.

Al igual que las algas, en las zonas de costa, los restos de pescado también han sido utilizados tradicionalmente como abono, dada su riqueza en elementos nutritivos (nitrógeno y fósforo, fundamentalmente) y su rápida descomposición. Hoy en día, existen en el mercado distintos fertilizantes cuya materia prima son harinas de pescado, productos autorizados con carácter excepcional para ser utilizados en agricultura ecológica (Reglamento CEE 2092/91).

En las zonas costeras se encuentran ubicadas diversas empresas dedicadas a la elaboración y transformación de pescado fresco, que generan diariamente gran cantidad de restos de pescado. Además, en los puertos y lonjas también se originan cantidades importantes de este tipo de residuos. Sólo en Galicia, durante el año 2005, se vendieron un total de 160.000 toneladas de pescado, lo que generó una cantidad aproximada de 30.000 toneladas de desperdicios.

Estos restos normalmente son recogidos por gestores de residuos que los destinan fundamentalmente a la fabricación de harinas de pescado. Otros aprovechamientos que permiten valorizarlos es extraer de ellos las partes con valor comercial. Por ejemplo, pueden ser utilizados para elaborar gelatinas y patés, cebos artificiales para palangres automáticos o para aprovechar sus proteínas o aceites. Pero, debido al incremento en el coste de estos procesos, las empresas que generan estos residuos buscan alternativas para la valorización de sus residuos, y técnicas de tratamiento menos costosas.

Hay empresas ubicadas en Fazouro (Foz-Lugo, Galicia) dedicadas al procesado de pescado fresco procedente de pesca extractiva (elaboración de filetes, rodajas, lomos, etc) de distintas especies (sardina, caballa, calamar, jurel, bonito, etc.), tal como, la empresa Pescados Rubén, que generan anualmente gran volumen de desperdicios (restos considerados de categoría 3, aptos para su empleo en agricultura una vez compostados o ensilados, según Reglamento CEE 1774/2002). Esta empresa y otras del sector buscan alternativas de valorización de los residuos que generan, que hasta la fecha dejan en manos de gestores de residuos.

Durante el año 2006, se procedió a la caracterización de los arribazones llegados a seis playas representativas y próximas a la empresa. Mensualmente, se evaluó el volumen de algas con el fin de conocer su disponibilidad con vistas a ser empleadas en un proceso industrial de transformación. La llegada de algas a la costa depende de factores climáticos, exposición de la playa y mareas, por lo tanto suele ser un recurso de presencia irregular que dificulta la programación de su recogida. A pesar de ello se encontró que en la zona de estudio la disponibilidad de arribazones fue importante (más de 8000 t/año en fresco), apareciendo las mayores cantidades en los meses de noviembre y diciembre. Las especies que dominaron los arribazones durante todo el año fueron Laminaria sp. y Cystoseira sp. Además de cuantificar los volúmenes de algas y su composición botánica, se realizó la caracterización quimica de los arribazones y de las distintas especies. También se llevó a cabo el estudio químico de los restos de pescado originados mes a mes en la empresa. Los resultados obtenidos permitieron el establecimiento de estrategias de compostaje para la elaboración de un abono a partir de ambos componentes y su posterior valorización agronómica en cultivo.

Iniciativas de compostaje, como biotecnología más apropiada desde el punto de vista económico y ambiental (Potoky y Mazé, 1988; Mazé et al, 1993; Vallini et al., 1993; Cuomo, et al., 1995; Eyras y Sar, 2003; Aguilar y Guerrero, 2005), se han realizado sobre todo en aquellas zonas en donde las algas han constituido un residuo por episodios de eutrofización (Venecia, Bretaña francesa, Perú, Argentina, etc). De esta manera, se consigue reducir el volumen de algas (fundamentalmente, Ulva sp.) llegadas a las playas y se obtiene un compost de calidad, dada su riqueza en elementos nutritivos, sobre todo potasio, calcio y magnesio, perfectamente higienizado y libre de contaminantes, tales como, metales pesados o compuestos fitotóxicos.

Debido a la baja relación C/N (carbono/nitrógeno) de las algas, siempre es necesario que éstas sean mezcladas con una proporción de un material lignocelulósico que aporte aireación y carbono (Mazé et al., 1993). Las características físicas, químicas y biológicas finales del compost obtenido hacen de éste un buen material para ser utilizado como substrato de cultivo o como abono orgánico (Cuomo et al., 1995).

En distintas partes del mundo se han realizado experiencias de compostaje de restos de pescado como técnica alternativa y viable para transformarlos en productos útiles en agricultura (Frederick et al, 1989; Logsden, 1991; Gould, 2004). En la mayor parte de los casos se trabajó fundamentalmente con restos procedentes de acuicultura. Para realizar las pilas de compost, al igual que en el caso de las algas, se aportaron materiales como corteza de pino, restos de poda, etc, para mejorar las condiciones de aireación y la relación carbono:nitrógeno C/N (Laos et al, 2001).

Actualmente, la superficie dedicada a agricultura ecológica en España es casi de un millón de hectáreas, habiendo crecido exponencialmente desde el año 1991 hasta la fecha. La comunidad autónoma con mayor superficie es Andalucía, seguida de Aragón y Extremadura. Aunque esta superficie está dedicada fundamentalmente a cultivos extensivos (pastos, forrajes, cereales y leguminosas),... [Seguir leyendo]

1. Procedimiento de elaboración de un abono ecológico a partir de algas de arribazón, restos de pescado y material lignocelulósico, caracterizado porque comprende las etapas de: