JUGUETE DE SOBREMESA.

Juguete de sobremesa, caracterizado esencialmente por el hecho de constar de un tablero sensiblemente vertical definido por el fondo de una caja aplanada transparente y en el que queda limitada una superficie de rodadura de unas bolas que son introducibles en tal superficie por una guía de entrada e impulsadas para ello por un disparador convencional,

cuyas bolas son susceptibles de discurrir por la citada superficie desviadas por topes deflectores y entrar por lo menos a través de un orificio del tablero en un cajetín situado detrás del propio tablero, desde el cual retornan por otro orificio a otra superficie del tablero donde, después de golpear un timbre, se alojan en un colector convencional de bolas perdidas, en cuyo tablero está montado libremente oscilante, sobre un eje intermedio, un muñeco constituido por una placa recortada según un contorno equilibrado conveniente en el que quedan definidos los brazos y las piernas de dicho muñeco en posición extendida en forma de aspa, en cuyos brazos y piernas las manos y los piés comportan sendas canaletas de las cuales las de las manos reciben alternativamente bolas que entran en el tablero por orificios superiores del mismo y salen para caer en las canaletas de las manos por otros orificios del tablero después de discurrir por guías previstas en el antedicho cajetín, de manera que hacen oscilar el muñeco por efecto del peso de tales bolas que son trasladadas por dichas canaletas de las manos hasta otros orificios por los que entran de nuevo en el cajetín y se desplazan por otras guías que las conducen hasta otros orificios por los que salen del tablero para caer en las canaletas de los pis situados diametralmente opuestos a las manos para provocar la oscilación del muñeco en vaivén por desequilibrio alternativo del mismo producido por las bolas que le cargan las canaletas de las manos y los pis contrarios, en cuya oscilación las bolas caídas sobre las canaletas de los pis son trasladadas por estas canaletas hasta orificios del tablero por los que entran en el cajetín donde son retenibles eventualmente como bolas acertadas por un colector desde el que son entregadas a través del antedicho orificio del tablero y después de golpear al timbre, al colector convencional precitado.