AEROSTATO SOLAR.

1. Aeróstato solar, que se caracteriza por estar constituido por un cuerpo hueco de fina lámina,

flexible y ligero de peso, de forma preferentemente cilíndrica, sin descartar otras aptas para la misma finalidad, obtenido en papel plastificado o materia plástica, de color negro, satinado y sin brillo para conseguir la máxima absorción de la radiación solar y evitar en lo posible la reflexión de los rayos.
2. Aeróstato solar, según la reivindicación 1, que se caracteriza porque en su construcción se ha proyectado cerrado por el extremo superior y abierto por el inferior, llenándose el espacio interior con la suficiente cantidad de aire de acuerdo con la presión ambiental y situándolo en posición vertical para que al calentarse por la acción de los rayos solares estimulada con la absorción térmica de la materia elegida en su realización se origine el ascenso del mismo y su flotación aérea manteniendo la posición vertical, para lo cual se ha dotado a la boca o extremo inferior de un aro de alambre que a la vez que mantiene abierta dicha boca cumple la doble función de proporcionar un peso mínimo necesario para conseguir la verticalidad del aeróstato.
3. Aeróstato solar, según las reivindicaciones 1 y 2, que se caracteriza porque para dotarle de un movimiento rotatorio lento, preciso para la lectura u observación de las inscripciones contenidas en la superficie externa, se le ha provisto en una franja circular, ubicada hacia el extremo cerrado superior, ubicada hacia el extremo cerrado superior, de una serie de pequeñas aberturas iguales, preferentemente angulares, con la misma orientación de sus vértices, mediante las cuales se establece una corriente de aire con efecto de reacción al entrar fresco por la boca y salir caliente por las citadas aberturas angulares tras su paso por el interior del aeróstato.
4. Aeróstato solar, según las reivindicaciones 1 a 3, que se caracteriza porque el mismo puede utilizarse cautivo o libre, bastando para conseguir la primera condición dotar el aro de alambre de una cuerda apropiada que lo sujete a tierra, limitándose en este caso su acción a efectos locales, lógicamente.
5. Aeróstato solar, según las reivindicaciones 1 a 4, que se caracteriza porque cuenta, evidentemente, con las máximas garantías de funcionalidad y utilidad ya que, en efecto, no explota, por cuanto el aire caliente que lo llena no posee la potencia rompiente de otros gases, ni corre el riesgo de que arda al no ir provisto de llama alguna, asegurándose como consecuencia una larga duración y prolongado srvicio.
6. Aeróstato solar, según las reivindicaciones 1 a 5, que se caracteriza porque con la realización indicada puede elevarse considerablemente, ya que la boca o abertura inferior actúa de válvula de seguridad impidiendo que la presión interna producida por los rayos del sol al calentarse el aire aumente excesivamente, a cuya función contribuyen asimismo las pequeñas aberturas angulares dejando salir aire caliente que es simultáneamente repuesto co naire ambiente a través de la citada boca.
7. Aeróstato solar.