PROCEDIMIENTO Y APARATOS CORRESPONDIENTES PARA LA ELABORACIÓN DE FIBRAS TEXTILES APROVECHANDO LA CORTEZA DE EUCALIPTO.

Procedimiento y aparatos correspondientes para la elaboración de fibras textiles aprovechando la corteza de Eucalipto,

caracterizados porque la corteza, aflojada a golpes de maza y arrancada en grandes tiras del tronco y de las ramas del árbol derribado, se corta a largos manejables y se deja secar al aire libre durante ocho a diez días, aproximadamente y según estación del año, o se seca artificialmente en cámaras cuya temperatura no sobrepasa los 50ºC, durante 24 a 48 horas, según clase y espesor, y, una vez seca, se somete a una maceración por inmersión en balsas de poca profundidad llenas de agua con temperatura entre los 20 y 30ºC, durante unos quince días, renovándose, una vez iniciada la maceración, paulatinamente el agua; terminada esta operación, las cortezas se extraen y se secan al sol o en cámaras cuya temperatura no supera 60ºC, hasta que estén completamente deshidratadas y, así preparadas, se trabajan por el sistema de agramado a mano o por el agramado mecánico y automático que consiste en someter las cortezas a la acción desintegrante de una serie de pares de cilindros, agenciados unos a continuación de otros en número de unos 10 a 12 o más pares, con presión graduable individualmente y elástica y provistos los cilindros de un alternado de ranuras y estrías circulares en toda su generatriz y por la cooperación de las ranuras o entrantes de uno de los cilindros de cada pareja con las estrías o salientes del otro, ranuras y estrías cuya sección transversal disminuye paulatinamente desde la primera pareja hasta la última aumentando proporcionalmente en número, se obtiene la liberación paulatina y sin daño para su resistencia, de las fibras textiles de las partes leñosas y otras partes aglomerantes. Cada pareja de cilindros, además de su giro de los cilindros, efectúa un reducido movimiento de vaivén axial y así, la corteza se aplasta y quebranta longitudinalmente por la acción conjunta de las ranuras con las estrías y se quebranta y estruja también transversalmente por dicho movimiento axial, y a medida de su marcha por la máquina, la corteza es desprendida de los desperdicios citados que se separan de las fibras por gravedad o una corriente de aire. A la salida de la última pareja de cilindros, las fibras están completamente separadas de las demás componentes de la corteza y se sacuden y desempolvan en un dispositivo acoplado al final del tren, y desde allí pasan a ser trabajadas de modo conocido, en las máquinas de la industria textil. El transporte de la corteza a través de la máquina se hace automáticamente por cinta sin fin